Una vez leí en el prólogo de un libro de Juan Daniel Fulladondo algo así como que "no hay mayor placer que una conversación con una mujer inteligente".
Estas palabras resonaban anoche en mi cabeza mientras la Dra. Efpraxia Giannopoulou me comentaba sobre su último texto - del cual no hablaré y dejaré que ella lo desvele -.
Gin tonic en mano, pantalla mediando y en un tono cómo si habláramos de nuestro último interés romántico en plena adolescencia, desmenuzábamos Ser y Tiempo de Heidegger, la etimología de Estado, y la construcción de la idea de Democracia.
Esta pequeña reseña no pretende más que mandarle a ella un abrazo semio-espacio-nauta en tiempos de Pandemia; además de aprovechar la la ocasión - ya que el Pisuerga pasa por Creta - para homenajear a Grecia. Un país que definiría con dos palabras: generoso y hospitalario, a pesar de todos los intentos que se hacen por desacreditarlo. Es una realidad que he vivido en primera persona en innumerables ocasiones, tanto de conocidos como de desconocidos.
Ojalá todos habláramos griego para entender el lenguaje como lo hace ella - y de paso así entender el nuestro -; así como para leer sus últimos textos y poder disfrutar de las palabras de una manera casi escultórica y personificada, como es su caso.
Pensadoras así me hacen el confinamiento más llevadero, y me recuerdan por qué merecemos una oportunidad como especie.
Gracias Efi.
Palas Atenea. Gustav Klimt. 1898.
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